El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de San Martín sentenció a cuatro miembros de una secta que operaba en el Oeste. Se trata del templo Abba Krishna, ubicado en La Matanza, al cual acudían las víctimas para recibir contención afectiva.
Francisco Pugliese, Leonardo Gandarinho, Carina Cardoso y Lisa Baissetto fueron condenados a cuatro años de prisión por Trata de Personas.
También, se los sentenció por una participación secundaria en el delito de “Abuso sexual agravado por haber sido cometido con acceso carnal, en forma gravemente ultrajante, por parte del ministro de un culto no reconocido”.
Los magistrados ordenaron una reparación económica que va de los 2.679.002,88 a 36.447.764,44 pesos para cada una de las ocho víctimas del caso. Ese monto deberá hacerse efectivo a través del Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata, más la actualización correspondiente a la tasa activa del Banco Nacional al momento de concretarse el pago.
La forma en la que operaba la secta
La investigación determinó que los miembros de la organización utilizaban las actividades que se realizaban en el templo para captar a las víctimas. Todas ellas, transitaban por diferentes situaciones de vulnerabilidad.
Quienes ingresaban al templo debían completar una planilla con los datos personales, detalles de su situación emocional y aspectos de su vida que querían “sanar”. El líder de la banda tenía pleno conocimiento de la situación sentimental de los fieles.
En caso de que un asistente dejara de concurrir, se lo llamaba por teléfono y se le insistía para que volviera bajo la promesa de que ello le haría bien. Posteriormente, tenían que realizar aportes económicos para el templo.
El acercamiento del líder con sus devotos le servía para inculcar distintos pensamientos hasta lograr persuadirlos, controlarlos y aislarlos. Con esta premisa, no se les permitía a los integrantes del templo tener parejas que no pertenecieran a la comunidad.