Además de las ganas, para aprender a manejar hacen falta dos cosas: dinero para pagar un curso y un auto para poder rendir el examen. Claro que siempre puede haber algún familiar que se preste como instructor con coche propio. Esa demanda de los jóvenes fue la que escucharon en Hurlingham y dio origen a la institución: “quiero sacar el registro, me lo piden para un trabajo pero no tengo plata” o “en casa tenemos auto, si supiera manejar podría ir a buscar a mis hijos al colegio, pero no puedo costear un curso”.
La inscripción a la segunda camada fue un éxito y se agotó en una hora. La noticia corrió rápido en las redes y llegó a los canales de televisión, como Canal 9, Crónica y Telefé, entre otros. Desde el municipio, aseguraron que habrá lugar para todos los jóvenes, ya que el cupo se reabre cada dos meses y prevén que cursen unos 6 mil jóvenes del distrito por año. La Nueva Escuela Municipal para Jóvenes Conductores ya tiene sus primeros 400 egresados. Cursaron durante dos meses, asistiendo a clases teóricas y prácticas con coches doble comando.
La Escuela Municipal para Jóvenes conductores
El municipio, además, les brinda el auto para rendir el examen. Y un diferencial es que las clases teóricas están a cargo de la Asociación de Familiares de Víctimas de Accidentes de Tránsito del distrito. “Es una herramienta más para la libertad que tiene a su vez una importante cuota de responsabilidad“, comentó uno de los instructores: “En la escuela fomentamos mucho que la mayoría de los accidentes de tránsito son evitables si se obra con precaución”.