En la jornada de ayer, la estación de Merlo cumplió 165 años. El 10 de diciembre de 1859, el Ferrocarril Oeste de Buenos Aires habilitó al público la estación de la localidad, que se transformó en una de las más importantes del Oeste.
El edificio se construyó en un terreno donado por la madre del segundo fundador del pueblo homónimo, Juan Dillon y Calderón, luego de que este convenciera a los empresarios de la línea para desviar el proyecto de trazado original.
Este edificio se utiliza hasta hoy en día y funciona como alternativa a los dos andenes principales del servicio Once-Moreno y cabecera del ramal a la ciudad de Lobos.
La historia de la estación de Merlo
En 1867 y 1871, la zona tuvo brotes de dos epidemias: cólera y fiebre amarilla. De esta manera fue necesario ampliar los sitios de entierro y atención hospitalaria.
La estación tuvo un rol muy importante, ya que se instalaron consultorios para tratar a los pacientes en los accesos, mientras que muchas estancias se convirtieron en morgues.
Se cree que las enfermedades llegaron a Merlo cuando una gran cantidad de personas decidieron abandonar la Capital Federal para vivir en sus casas de verano. Poco después, se produjeron una enorme cantidad de decesos y se acumulaban los cuerpos en la parada ferroviaria.