Esta semana trascendió que desde la Unión Ferroviaria seccional Oeste, propusieron sumar el nombre Nora Cortiñas a la estación del Tren Sarmiento de Castelar. La iniciativa fue presentada por la diputada y delegada ferroviaria Mónica Schlotthauer a casi tres meses de la muerte de Norita.
También, la Unión Ferroviaria en su sede de Haedo le rindió homenaje con el descubrimiento de una placa con su rostro y la gratitud por su legado.
En este acto estuvieron presentes la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y amiga de Norita Elia Espen, el abogado de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) Ismael Jalil y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, entre otros.
Cabe mencionar que el proyecto propone agregar el nombre y no cambiarlo por completo. Un antecedente muy conocido es la estación Avellaneda del tren Roca, que pasó a llamarse Kostecki y Santillán. La medida se tomó en forma de homenaje a dos militantes asesinados el 26 de junio de 2002 por un comisario de la Policía bonaerense, en el marco de una protesta por planes sociales.
La vida de Nora Cortiñas
Nora nació el 22 de marzo de 1930, fue psicóloga social y profesora en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. El 15 de abril de 1977, secuestraron a su hijo Gustavo en la estación de trenes de Castelar.
Desde ese momento, comenzó una larga lucha para encontrarlo. Se acercó a organismos como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) o la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH).
En mayo de 1977, a un mes de la desaparición de Gustavo, se acercó a Plaza de Mayo en donde otras madres pedían por sus hijos e hijas. De esta manera, Nora se convirtió en la cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y acompañó múltiples luchas sociales.
